Esta semana, ha ocurrido en el despacho una situación curiosa. Hace aproximadamente cinco años, llevamos el desahucio de un piso en el que el inquilino, llevaba sin abonar la renta casi un año (otro propietario que tuvo demasiada paciencia).
Pues bien, en los días previos a que el juzgado y la comisión judicial se personase en la vivienda en cuestión, el inquilino llamó al propietario y le dijo (amenazó) que no iba a cobrar jamás, ya que le había salido un trabajo en Australia y que perdiese toda esperanza de cobrar las rentas adeudadas.
Nuestro cliente tuvo una segunda conversación con un amigo del moroso y le confirmó que efectivamente, le había salido un trabajo en Australia y que se trasladaba a vivir allí.
Lógicamente habíamos perdido toda esperanza en cobrar esos alquileres adeudados y también los gastos judiciales que había tenido el casero.
Pero, nuestro sistema informático es inflexible y durante todos estos años, seguimos solicitando al juzgado que investigase la situación del deudor. Me imagino que el funcionario del juzgado estaría hasta las narices de nosotros, cuando observaba que cada poco le hacíamos trabajar “en balde”.
Pero, nuevamente ¡¡sorpresa!!, nos acaba de llegar una notificación, indicándonos que el moroso se ha jubilado y que tiene derecho a una pensión de jubilación que abonará nuestra Seguridad Social.
Ya le hemos embargado la parte proporcional de su pensión de jubilación y a partir del mes que viene nuestro cliente cobrará sus alquileres, es eso sí, con cinco años de retraso.
Haciendo memoria, creo que es el record de rentas atrasadas que hemos conseguido cobrar en el despacho. De todas formas tenemos algunos alquileres más antiguos, en los cuales seguimos de forma machacona reclamándolas al juzgado más de cinco años después.
De todas formas, debemos de insistir, que no tiene sentido que el casero espere tres o cuatro meses para iniciar el desahucio tras el primer impago, porque al final se puede ir a una deuda de ocho o nueves meses.